viernes, 7 de julio de 2017

¿Doblaje o cine en versión original subtitulada?

Hace unas semanas, durante la clase de la tarde, surgía entre dos participantes de mi curso de pintura una conversación a la que, pasados unos minutos, no pude resistir a la tentación de unirme.
Desde el primer momento dejé claro que sólo estaba dando mi opinión personal y no ejerciendo de maestro porque, aunque el tema es bastante común entre aficionados y amantes del cine, reconozco que mi postura sobre él no es la más habitual en foros cinéfilos; naturalmente se hablaba de si es mejor ver las películas dobladas o , como hacen en muchos países, en versión original subtitulada (V.O.S.).

Aunque en esta ocasión la charla girara alrededor de los beneficios de ver el cine en V.O.S. como forma de ir aprendiendo el idioma inglés desde la infancia -razones pedagógicas que más abajo comentaré (*)- en realidad el argumento más habitual entre quienes prefieren esta modalidad es que para disfrutar verdaderamente del buen cine hay que escuchar el sonido original, porque es la forma más pura de acercarse a la auténtica obra.

A estas alturas ya parece claro que personalmente prefiero un buen doblaje y vaya por delante que no pretendo sentar cátedra sobre nada sino hablar de mis preferencias y dar mis razones para ello:

Creo que no es necesario decir que en España siempre ha habido un magnífico elenco de dobladores y que, aunque recientemente se hayan cometido algunos errores de redoblaje de películas clásicas, a menudo por prisas para emitir en cadenas de tv, éstos son casos aislados y no empañan el trabajo de generaciones de profesionales. Véase como ejemplo el clásico Espartaco para deleitarse con las voces dobladas (en 1961) de cada uno de sus personajes.



Por supuesto, entiendo que alguien bilingüe con dominio del inglés disfrutará mucho más de la pureza de la película al verla (y oírla) tal como se hizo, pero siempre que sea una película en inglés, si no es el caso y se trata por ejemplo de obras de Kurosawa (japonés) Bergman (sueco) o Fellini (italiano) se verá obligado a aprender japonés, sueco e italiano, dejando de lado por el momento el cine francés entre otros.



Así que, reconociendo la versión original como la forma idónea cuando se entiende el idioma, si no dominamos la lengua en que se hizo es necesario elegir aquello que nos permita disfrutar más plenamente de la película y ahí es donde difiero:

1. Sobre las razones pedagógicas (*): creo que casi he contestado ya en el párrafo anterior; sólo es válido para películas en inglés cuando se pretende aprender inglés, pero con todos los inconvenientes que a continuación describo.

2. Parece olvidarse que el cine es ante todo visual (recuérdense sus inicios) de modo que tanto el director como todo su equipo buscan la forma de que aquello que aparece en pantalla esté bien compuesto en forma y color, que tenga profundidad, detalles, ambientación, atmósfera, vestuario, mobiliario, diseños especiales...y mil cosas más. Por otra parte, al narrar la historia los personajes han de ser creíbles, las actuaciones adecuadas, el lenguaje corporal correcto...etc.  Pues bien, gran parte de todo esto desaparece cuando nos dedicamos a seguir los diálogos mediante los subtítulos; es imposible leer textos y apreciar todo lo que está ocurriendo en la pantalla al mismo tiempo.
Un ejemplo: el clásico de cine negro americano, "El sueño eterno"  (Howard Hawks-1946, basado en la obra de Raymond Chandler). Los diálogos entre Bogart y Bacall son rápidos, vertiginosos, chispeantes y cargados de dobles sentidos. En varias de las escenas se juega con el equívoco de las palabras, haciendo que las caras y gestos de los personajes digan lo contrario de lo que se está hablando. La tensión sexual entre los personajes se percibe en cada mirada y es tan palpable en la película como lo era en la vida real entre los componentes de esta pareja con una de las complicidades y química más espectaculares en la historia de Hollywood.
Inténtese seguir todo esto a la vez que se leen los textos en una copia V.O.S. de esta película y se entenderá lo que digo, teniendo en cuenta además que la velocidad de los diálogos, réplicas y contrarréplicas es tal que obliga a simplificar los subtítulos para que puedan ser leidos, con lo que finalmente tampoco recibimos toda la información que se puso en la obra.





3. Una más: toda la composición de un plano, desde su encuadre, luz, etc...hasta la ubicación de los actores queda descolocada cuando se ve invadida con una o varias líneas de texto (blanco o amarillo) que inevitablemente taparán parte de la pantalla.



4. Por último. Mi opinión es que el que el proceso mental que se da para que una buena película te permita sumergirte en una historia, despertando en nosotros emociones y sentimientos, se rompe cuando nuestro cerebro ha de estar alerta para leer los diálogos de la narración y nuestra atención ha de centrarse en esas líneas de texto que aparecen en la parte inferior de la pantalla, de igual forma que se rompe la magia de la música en un concierto si hemos de estar atentos a cuándo el director ( o cualquier otro) hará tal o cual movimiento.



En definitiva, sabiendo que siempre se pierde algo al adaptar parte de una obra, creo que la cuestión es de qué forma perdemos menos, algo que aunque en artes como la música, pintura o escultura no es necesario plantearse, en otras como la literatura y el cómic hace ya tiempo que quedó resuelto; de lo contrario sólo habría lectores de Dickens en ingles, el Quijote no se conocería en Japón y para leer las aventuras de Tintín tendríamos que aprender francés.



Vuelvo al principio, aunque hablar de doblaje puede resultar "políticamente incorrecto" entre muchos forofos del cine (yo también lo soy), éstas son mis preferencias y respeto las de cada uno.

Que todos disfrutemos del cine, sea doblado o en V.O.S.

Hasta la próxima.